En un escenario en el cual las licencias médicas se ha convertido en uno de los principales problemas para los sistemas de salud ante la fuerte demanda por que se mantiene desde el inicio de la pandemia, las superintendencias de Seguridad Social (Suseso) y de Salud completaron la elaboración de una nueva circular que profundiza la regulación de estos instrumentos.
Ya suscrita por ambas reparticiones y ad portas de su publicación en el Diario Oficial, la modificación establece la obligatoriedad del uso de las licencias médicas electrónicas (LME), con lo cual la emisión de documentos físicos quedó relegada a casos excepcionales tipificados.
“Solo de manera excepcional, en la medida que existan circunstancias referidas a la falta de medios tecnológicos o falta de conectividad que hagan imposible el uso de estos medios, o en los casos en que el profesional que emite la licencia se encuentre autorizado previamente por la Compin, las licencias médicas podrán emitirse en soporte papel”, indica la circular. De esta manera se elimina el carácter voluntario que tenía el modo digital, que en el contexto de la pandemia ha experimentado un alto crecimiento llegando a representar del orden del 90% de las operaciones.
Si bien el objetivo central de esta disposición es facilitar el acceso a las personas acortando los tiempos de tramitación con un mecanismo más eficiente, la autoridad también buscan incrementar los niveles de control de los procesos de emisión e implementación a nivel general –radicadas fundamentalmente en la Suceso y en la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) como en los procedimientos de pago de las isapres por parte de la Superintendencia de Salud. El titular de este último organismo, Patricio Fernández, indicó que la próxima obligatoriedad de las LME permite a las entidades y actores de involucrados que “puedan ir monitoreando su emisión de forma mucho más rápida que en el caso de las licencias en papel”.
En efecto, otro gran propósito de la circular es incrementar el control de la operación de las LME fortaleciendo los mecanismos de verificación al consolidar el uso de la autenticación biométrica –como el “huellero digital” aplicado de manera cada vez más generalizada- y especialmente con la plena inclusión del sistema de clave única como una herramienta clave para su funcionamiento futuro. “Se hace necesario incorporar el uso de la Clave Única del Estado, que representa el medio oficial de autenticación en el mundo digital en nuestro país”, indica la circular.
Esto, en momentos en los que el fuerte incremento de las licencias médicas se ha convertido en serio problema para el sistema asegurador de salud –representando el 40% del gasto en salud de las isapres y su principal fuente de pérdidas- desde el inicio de la pandemia, a lo cual se añade la denuncia de un conjunto de situaciones de uso abusivo y fraude. Esto ha motivado querellas contra grupos de médicos por parte de la Asociación de Isapres, y acciones legales específicas contra 120 facultativos y la desafiliación de clientes por parte de Banmédica.
La circular indica que la seguridad de la LME como documento digital estará resguardada en la medida que cumpla con los atributos de autenticidad –“los receptores deberán poder verificar la identidad del emisor e identificar formalmente a su autor”-; no repudio, haciendo imposible negar la autoría del documento utilizando los mecanismos de autenticación; confidencialidad, evitando que sea leída por actores no autorizados, e integridad imposibilitando su alteración por un tercero. En este aspecto, detalla que “en el momento del otorgamiento y cada vez que la licencia médica electrónica adquiera un nuevo estado, el Organismo Monitor deberá guardar automáticamente una copia a través de los servicios dispuestos por los operadores”.